El escaso control que en la isla de Eivissa existe sobre los alquileres turísticos ilegales favorece la instalación de las mafias del narcotráfico porque dificulta la labor policial. Así lo aseguran policías y guardias civiles que advierten que, ya desde Semana Santa, con vistas a preparar la temporada y valiéndose de ese escaso control, miembros de importantes bandas internacionales se han instalado en la isla.
“Llegan, pagan grandes cantidades de dinero en efectivo a propietarios de apartamentos de lujo y casas de campo que no declaran esos alquileres y que, por supuesto, no los tienen inscritos como viviendas de alquiler”, afirma un agente, que señala que éste es el modus operandi básico de las organizaciones foráneas, que pagan siempre con dinero negro fruto de sus actividades ilegales y que aprovechan la falta de controles que existe en la isla, “que complica mucho nuestro trabajo a la hora de recoger información sobre estos delincuentes”. Algunas de estas organizaciones, sintiéndose completamente impunes, incluso bajan la guardia y alquilan las mismas viviendas que ya usaran en años anteriores, “renunciando a medidas de seguridad que sí adoptarían en otros lugares del mundo en los que se sintieran más perseguidos”, afirman estos agentes. Además, han constatado que, cada año, estas bandas parecen desembarcar antes en Baleares; las primeras han llegado ya en marzo y en abril. Y el casero no pregunta, ni sabe ni parece importarle cuáles son las actividades de esos grupos que le pagan tanto dinero y del que tanta ostentación suelen hacer. Es habitual también que se use a intermediarios, un tercero que es más probable que conozca, o al menos pueda sospechar, las actividades de aquellos a quienes se alquilan las casas.
Sin poder disponer de una información precisa sobre las casas y apartamentos que se dedican al alquiler turístico y ante la escasa o nula colaboración de aquellos intermediarios y propietarios que los alquilan, el trabajo de los agentes para poder controlar a las bandas de maleantes que se van instalando en la isla se ve seriamente dificultado. “En muchas ocasiones, nuestras primeras pistas son los vehículos que esos delincuentes utilizan, que podemos encontrarlos frente a determinadas casas y podemos así relacionarlos con esos domicilios de los que no podemos tener la información que deberíamos”, explican, y añaden que, en este sentido, el tipo de vehículos suele ser significativo porque los traficantes de drogas y los proxenetas suelen hacer ostentación de coches caros y con determinadas características: “parece ser que los Porsche y los Hummer les gustan mucho, y si ves a alguno de los segundos casi puedes dar por hecho que quien lo conduce se dedica a nada bueno”.
Los agentes de distintos equipos de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía empezaron ya en Semana Santa a recoger información sobre grupos sospechosos llegados a la isla y solicitan la colaboración de los ciudadanos para evitar que “la complicidad y el silencio se lo pongan más fácil”. En este sentido, los guardias civiles recuerdan el caso de la vivienda alquilada en Santa Gertrudis que en 2008 los traficantes usaban para guardar heroína de los clanes de Son Banya y que fue descubierta durante la Operación Kabul, cuyo juicio tendrá que volver a celebrarse porque el Supremo acaba de anular la absolución de los procesados. En aquella ocasión, algunos vecinos de la zona aseguraron haber visto movimientos sospechosos en la vivienda, incluso se plantearon denunciarlo pero no lo hicieron, y algunos lamentaron que las casas se alquilaran “a cualquiera, sin tener en cuenta a qué se dedican en ellas”.
Al igual que los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado pero por razones distintas, los hoteleros pitiusos también han mostrado este año su preocupación por la proliferación y el aumento del alquiler turístico ilegal. Desde el Consell y el Govern se asegura que este tipo de ilegalidades sí se combaten, pero tales afirmaciones no convencen ni a hoteleros ni a policías y guardias.
Publicado en Diario de Ibiza: