Lo tenían el estrangulador de Boston y Manuel Delgado Villegas, ‘el Arropiero’. Es el conocido como síndrome de Jacobs, una alteración genética que consiste en tener un cromosoma Y de más y que la Criminología ha intentado relacionar con la agresividad, el comportamiento antisocial y, por tanto, con cierta predisposición delincuencial. Después de que se descubriera que el Arropiero, uno de los asesinos en serie más conocidos de España, padecía esta anomalía, se difundió la teoría del cromosoma criminal para referirse a los XYY. Pero es sólo una atrayente y peligrosa hipótesis para los criminólogos; peligrosa porque aceptarla significaría reconocer la posibilidad de que los doble Y no son imputables porque no han podido elegir su destino, porque una alteración genética les predispone al mal, y porque supondría, por otro lado, estigmatizar a todo aquel que se descubra que tiene esta tara genética.
En los 60, y basándose en estudios que encontraron un elevado número de XYY en prisiones, y prácticamente todos violentos y con cierto retraso mental, ya se empezó a plantear la cuestión de la imputabilidad. Y, de hecho, en esa década hubo algunos casos de criminales que se libraron de la cárcel por poseer esta alteración, aunque solía ir unida a otras deficiencias o trastornos; hay que tener en cuenta que estos individuos tienen también más posibilidades de padecer problemas en el desarrollo y el aprendizaje. O sea, que muchos de ellos son retardados. Sin embargo, también es cierto que lo normal es no conocer que se tiene el fenotipo 47,XYY, porque los análisis genéticos no son algo cotidiano.
Hoy se considera que la alteración genética no conduce irremediablemente a la violencia y la delincuencia, pero aún se discute si podría ser un factor más, que sólo abocaría al crimen al sumarse a factores ambientales. Es decir, puede suponer una predisposición, pero no es determinante. Sí es cierto que diversos estudios más actuales han corroborado una elevada prevalencia de XYY entre los delincuentes más violentos, frente a valores menores en la delincuencia común.
Parte de esta información, además de la historia concreta de ‘El Arropiero’, puede encontrarse en el libro ‘Crímenes de Ibiza y Formentera’
https://territoriocat.wordpress.com/2013/10/16/crimenes-de-ibiza-y-formentera-ahora-en-e-book/